¿Quién era?
Nace el 29 de diciembre de 1811 en Aytona (Lérida), España. Estudia filosofía y teología en el Seminario de Lérida. Profesa como Carmelita Descalzo el 15 de noviembre de 1833.
Por los azares políticos producidos en España, es exiliado a Francia desde 1840 a 1851. En los alrededores del santuario de Nuestra Señora de Livrón lleva una intensa vida solitaria en 1843. Regresa a España en abril de 1851; se incardina en la diócesis de Barcelona; funda la «Escuela de la Virtud» en noviembre del mismo año. Suprimida la «Escuela», es confinado a Ibiza el 9 de abril de 1854, dónde vive profundamente el misterio de la Iglesia.
En las islas Baleares funda las congregaciones de los Hermanos y de las Hermanas Carmelitas. En enero-marzo de 1872 redacta y publica las Reglas y Constituciones de la Orden Terciaria de Carmelitas Descalzos, que se imprimen en Barcelona.
Muere en Tarragona el 20 de marzo de 1872.
¿Cómo era?
Enamorado del silencio, del retiro y de la soledad, es y se siente a la vez apóstol, predicador incansable: Ve la recristianización del ambiente español y europeo como una auténtica obra de evangelización.
La dirección fue uno de los cauces por los que transmitió con mayor eficacia y autenticidad su espíritu a los miembros de la familia religiosa del Carmelo Misionero; queda reflejado en sus cartas. Su faceta de catequista y renovador se hizo patente en la gran obra de la «Escuela de la Virtud» de Barcelona.
Fue escritor, más por exigencias pastorales que por vocación o consagración a la pluma. Logró, sin embargo, componer páginas originales que ocupan lugar privilegiado en la literatura religiosa y espiritual del siglo XIX español