“CUÁN BIEN CUIDADO ESTÁ EL QUE SE FÍA DE DIOS” Fco Palau
Esta frase de nuestro fundador, el beato Francisco Palau, resume la experiencia de Dios en mi vida. El Señor como buen pastor me guía y me acompaña siempre. En Él puedo confiar y experimentar que a su lado estoy segura, que su gracia me sostiene. Por eso agradezco infinitamente su amor y su misericordia, por llamarme a servirle en la Iglesia como Carmelita Misionera.
A lo largo de mi experiencia de encuentro con Jesús he ido descubriendo la fuerza y la belleza de la vocación. Por tal razón, el pasado 8 de diciembre de 2019, en Santiago de los Caballeros, República Dominicana, vivimos intensamente la celebración de mi consagración definitiva a Cristo: pobre, casto y obediente, con el deseo de hacer de mi existencia un testimonio gozoso al
servicio del Reino siendo orante, fraterna y misionera.
El Señor no me llamó sola. La Congregación de hermanas Carmelitas Misioneras, es una familia en la cual experimento la fraternidad, la alegría y la comunión. Una comunidad de hermanas que me acompañan, me animan y oran por mí. Mujeres libres para ir donde el Señor nos llama.
Me siento feliz y con la esperanza de seguir amando y sirviendo al
Señor todos los días de mi vida, con el corazón disponible, sin ataduras, para decir, AQUÍ ESTOY SEÑOR, para abrazar su manera de vivir. Por eso, quiero animar a las jóvenes que tienen inquietud vocacional, a que no tengan miedo de responder a la llamada.
¡JOVEN! Si le entregas tu vida al Señor, Él te da la VIDA en abundancia. Una vida que no la compra ni el dinero, ni la fama, ni el placer, solo Jesús, es el gran tesoro y la piedra preciosa de precio sin igual.
Hna. Marina Ester Guevara Ortega, CM.