Mi nombre es María Clarisa Gutiérrez Zamora, soy estudiante de Décimo grado en el colegio Técnico Niño Jesús de Praga-Nicaragua. La mayor de tres hermanos, tengo 15 años, nací en una familia cristiana, he vivido mi infancia de la fe que mi madre me ha transmitido. He visto en mi vida que Dios existe en muchos acontecimientos de mi familia. Hoy puedo decir que este encuentro de jóvenes con el papa Francisco ha marcado mi vida, se me abrieron muchas puertas, es un regalo de la Virgen.

Íbamos 24 hermanos de comunidad; lo primero que hacíamos en el bus era rezar el rosario, laudes y cantos, llegamos a Madrid, visitamos varios santuarios, celebramos la eucaristía, visitamos la basílica de Santa Teresa en Ávila la cual me impresionó mucho, por ver tanta gente devota de la santa. También cuando llegamos a Fátima, fue uno de los lugares más bellos, ver tanta gente que llegaba de lejos con fervor y esto para mí era un misterio, me sentía con una gran alegría y amada por el Señor y la Virgen.

Caminamos casi 30 kilómetros al encuentro con el papa Francisco, cantando emocionados y con alegría todos los jóvenes que hablaban diferentes idiomas, pero unidos en un solo espíritu. Las palabras del papa: “No tengan miedo, ya no soy yo, es Jesús mismo quien los mira, él conoce el corazón de cada uno de ustedes… Ánimo, en la vida solo hay una cosa gratis, el amor de Jesús”.

Y hoy es lo que puedo decirle a los jóvenes, que no duden del amor que Dios les tiene, dudar es no creer que Cristo verdaderamente dio la vida por vos, por mí y por todos, y yo sé que él tiene un propósito en mi vida y en la vida de ustedes.

Las Carmelitas Misioneras felicitamos a Clarisa y a su familia por todo el esfuerzo que han realizado para cumplir este hermoso sueño y la animamos a seguir compartiendo su fe y su experiencia para enriquecer a otros jóvenes.

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