La tarde fue plena. La Eucaristía precedida de un video palautiano que nos dispuso para la celebración. Partimos de la Sala procesionalmente, cerraban la comitiva cinco personas que portaban 5 velas encendidas que al llegar a la capilla depositaron , al ritmo que marcaba la introducción, el nombre de cada continente, a los pies del Padre Palau. Su figura ocupaba un lugar preferente.
Es momento para agradecer la Historia de gracia recorrida:
- Aquella semilla que arraiga y echa raíces en Europa
- La primera “SALIDA” misionera, en 1910, al continente del Nuevo mundo: Argentina América,
- La entrada “con los pies descalzos” en el continente de ASIA, llegando a la India el 1954,
- La respuesta decidida “AD Gentes” que realiza la Congregación en el 1964 en pro de la Iglesia nativa de África. Mozambique su primer país.
- El último salto misionero ha sido más reciente, el 2004, al continente Australiano
La Eucaristía la celebró el Padre Juan Badía, Carmelita Descalzo, participada activamente por todos los miembros del Carmelo. La universalidad y la inculturación fueron muy visibles en rostros y signos de diferentes tradiciones. Dos sentimientos marcaron la celebración: la gratitud porque el Carisma – gracia fundante- se ha convertido en Historia de gracia encarnada en los cinco continentes y el no pequeño compromiso que queremos asumir hoy como herederos de un carisma eclesial que necesita mantener viva y creativa la llama recibida.
Pero la fiesta siguió. Una exquisita coca acompañada de la copa de cava pusieron mas marcha a la fraternidad y a la alegría. Las palabras del adiós fueron: ¡¡¡qué bueno encontrarnos!!!