Misión rural Peralillo, del 16 al 23 de enero del 2023
Este verano se hizo vida el texto de san Mateo, muchos fuimos llamados a desconectarnos de las redes sociales y de nuestras rutinas cotidianas para ir al encuentro del Cristo que vive en el corazón de Peralillo. Pocos pudimos decir que si a este llamado, por lo que reconociendo nuestras limitaciones nos sentimos algo preocupados, la mies era mucha y los obreros pocos.

Cada uno de los misioneros iba con una expectativa diferente; pero todos con el mismo sentir, queríamos anunciar y encontrar a Jesús. Nos organizamos del mejor modo posible para poder abarcar la mayor cantidad de hogares con la escasa cantidad de misioneros, ¡Que grato es ver como el Señor sigue multiplicando los panes y los peces para alimentar muchedumbres! Con ocho misioneros entre laicos y religiosas, pudimos cumplir con la invitación. Llegar a las familias de: El Barco, Cardos casas y San Miguel (sectores rurales de Peralillo) llevando un poco de nuestra alegría y recibiendo una gran lección de vida de parte de las familias que viven en esta localidad; maravillosos testimonios de fe, fortaleza y resiliencia.

Honestamente es muy poco lo que pudimos entregar a la comunidad en relación a lo que ellos nos ofrecieron; un rostro humano del Cristo que vive en medio de sus hermanos, la alegría cristiana de quien vive esperanzado por la fuerza que da la fe y un testimonio fuerte de lo que hace el amor de Dios en las familias que acogen su mensaje.

Salíamos cada mañana con la certeza de que Dios está obrando en nuestras vidas y volvíamos cada noche con una sonrisa cansada y los brazos llenos de abrazos que confirman el amor de un Dios que es padre. De todas las ambiciones o expectativas que cada uno de los misioneros llevó a esta misión quedamos gratamente sorprendidos, El Señor acomodó nuestros planes y nos envió a conquistar Jerusalén, una Jerusalén nueva que se da lugar en nuestros corazones, ante cada altar y sagrario donde se manifiesta la presencia de Jesús.


En esta misión fuimos profundamente misionados por el testimonio de un Dios que obra en perfección y nos llama al reencuentro como hijos, amigos, padres, hermanos y sobre todo como sus amados. No conquistamos Jerusalén, pero dejamos que el verdadero Rey tomara su lugar en medio del Jerusalén personal de cada uno de los que vivimos la misión este año.


Paola Pereira Rojas- Aspirante