Pertenecen a la serie –De índole confidencial- la mayoría de las cartas y papeles. Los que se ocupan de asuntos familiares, trámites legales, relacionados con personas y cargos públicos. De igual modo todas las páginas inéditas. La vida solitaria y las apologías, escritas en la época de Francia, son escritos de índole privada.
La obra más autobiográfica y confidencial es Mis Relaciones. Lo demuestra su lectura. Confiaba en que nadie lo leyera mientras él viviera. Lo guardó, celosamente, como un reducto que albergaba los secretos de su espíritu.
Tienen intención doctrinal las consideraciones sobre la modificación de las reglas de las carmelitas. Pero deseaba que no se divulgaran. Es el mismo caso de las normas para los grupos de Lérida y Aitona.
De carácter público y doctrinal. Lo son todosde alguna manera. Con significado más específico los que presentan un cuerpo más o menos sistemático de enseñanzas.
En el caso de Francisco Palau doctrinal no indica teórico. Sino que su doctrina se proyecta en dirección, eminentemente, práctica.
Encontramos, entre los escritos jurídicos, las reglas y constituciones. Redactadas para las diversas asociaciones por él fundadas.
Como muestra de escritos apologéticos tenemos La Vida Solitaria y el Exorcistado. En forma dialogada el Catecismo y la Lucha. El mes de María es, más bien, sistemático.
De índole narrativo-descriptiva, Mis Relaciones y la Iglesia de Dios, figurada por el Espíritu Santo en los libros sagrados. Tanto estos como los más autobiográficos se distinguen por su género figurativo y profético.
La Lucha, Montauban 1843. Con ejemplares contraseñados. Es decir, con la rúbrica autógrafa del autor o de Caixal. La 1ª edición no tardó en agotarse. Motivo por el cual se reeditó en Barcelona, 1869. El librito, se incluyó en la prestigiosa colección “Librería Religiosa”, promovida por Claret. Afirmaba, su autor, que la obra se imprimía corregida. Pero los cambios fueron mínimos El título es muy conforme al carácter batallador de Palau -Prólogo, 17-21-.
Sobre el objetivo, motivos y circunstancias que le impulsaron a componer su obra, contamos con abundantes aclaraciones.
Es el primer libro salido de su pluma. Lo redacta durante los primeros años de su estancia en Francia. Pocos meses le ocupó la redacción. La concluía entre el 1842 y 43. En el subtítulo se encuentra el contenido de la obra.
Desde su forzado exilio francés, Palau sigue con gran interés la evolución de la contienda en España. Ante tal escenario, lo único que él puede hacer es secundar la voluntad del Papa. Sí, orar y ayudar a orar a los demás. Así desarmarán a Dios, ante la malicia humana. Entablar lucha con Dios para que se apiade de su hija, la Iglesia -anota-. He aquí su objetivo.
En semejante contexto, Francisco redacta estas páginas repletas de confianza, testimonio y respaldo. Él, acunado y crecido en estos fondos del espíritu es quien mejor puede realizarlo. Ansía que la propia vida y la de su entorno, mejorada por la oración, sea un valor al alza. Así conseguirá reducir el mal que campea a sus anchas. El tono y el simbolismo apuntados se inspiran en la biblia. Para fundamentar sus explicaciones recurre a los principios de Sto. Tomás.
La Iglesia española se presenta como reo ante el trono de Dios. Merece condena. Pues ha pecado. La persona intercesora implora misericordia. Ya que la impiedad quiere arrebatar a esa Iglesia el tesoro de la fe.
De diálogo indirecto es el método. Con el cual tenía más en cuenta a los sencillos lectores. Intervienen en él no sólo Teófila, -la amada de Dios- sino otros interlocutores: María, madre de Jesús, y los santos nacidos en España etc.
Su erudición en materias y autores era notable. En temas espirituales se percibía su formación carmelitana. Se complacía en citar a Sta. Teresa y proclamarse hijo suyo. Sí, sí. Valor que transmitió a sus hijas. Así lo hemos constatado y vivido. ¡A Dios gracias! ¿Verdad?