Cuatro sectores integran la trama de la Escuela de la Virtud Vindicada:
*La predicación del evangelio en las naciones católicas y sus formas.
*La Escuela de la Virtud: descripción.
*Ataques de la prensa: contestación.
*Cargos dirigidos contra ella por las autoridades militares de Cataluña: defensa de la misma.
La predicación del evangelio era la razón de ser de la Escuela. Y como derivación, la razón de ser de Palau. Quien profundiza en el concepto de misión. En la fe, fundamento cristiano. Ella levanta y lleva por el mundo a la Iglesia de Jesucristo. Los misioneros realizan esa labor de divulgación. La predicación del evangelio encuentra, en las naciones católicas, más obstáculos de los que indican las apariencias. Todos se declaran católicos. Pero la vida no responde a tales exigencias. Y hasta la Iglesia se encuentra en entredicho.
Con las nuevas ideologías, la incredulidad ha invadido las naciones cultas y civilizadas. Y el ministro del evangelio ha de estar armado de doctrinas y valor para sufrir cárceles y destierros. Incluso la muerte. Pues como malhechor será tratado. No exageraba Palau. Lo podía demostrar desde su propia experiencia.
Tiene en cuenta las delicadas relaciones entre la Iglesia y la política. Afirma, sin tapujos, la urgencia de misioneros y misiones en España. Predicación que puede realizarse de dos formas. A través de sermones. Y de modo extraordinario, metodizado en un cuerpo de doctrinas. Ordenadas a paliar necesidades especiales. -Fue el caso de la Escuela de la Virtud-.
Por las ciudades más importantes ha de comenzar la empresa misionera. Pese a que lo contempla el concordato -libertad de predicación- afirma que del dicho al hecho… Hace referencia a presiones políticas y ataques de la prensa.
El apartado, La escuela de la virtud: historia y descripción, es la parte central. La escuela de la virtud era la enseñanza del evangelio bajo una de las formas acomodadas a las necesidades del pueblo. Proyecto muy estudiado.
Criterios que la sostenían: La enseñanza del evangelio. Enseñanza continuada -curso anual-. Se seguía un método lógico y ordenado. La atención y seguimiento del alumno, también.
Los dos cuerpos de doctrina en los que dividió el contenido miraban, uno a la moral cristiana. El otro, a su santidad y divinidad.
Pronto se percató la prensa del alcance de los planes de la Escuela. Apenas se anunciaron sus programas, en los periódicos de la ciudad, estos se desataron en críticas y ataques contra aquella iniciativa. Palau -al comienzo- guardó silencio. Cuando se percató del peligro, respondió con aclaraciones pertinentes.
Concluido el examen de periódicos y revistas dedicó no pocas páginas a rebatir las acusaciones calumniosas. Entre ellas, las siguientes:
La Escuela de la Virtud era una institución política en esencia y religiosa en apariencia. Tenía por objetivo la ruina de la monarquía y de las libertades patrias. -En tales acusaciones no existía un mínimo de verdad-.
Entre la prensa oponente contamos con La Actualidad -Barcelona-, y El Clamor Público -Madrid-.
Suprimida la Escuela, la campaña contra ella se incrementó. Palau indica que el eco de la Escuela tuvo considerable resonancia. Y se prolongó durante mucho tiempo.
En los cargos hechos contra ella por los militares y defensa narra los trágicos sucesos ocurridos en Barcelona en marzo de 1854. Y cómo se quiso hacer responsable de los mismos a la obra catequética de Palau. El gobernador militar la suprimió violentamente. Y en su informe al ministerio de la guerra la culpó del motín. Francisco comprendió que en aquel difícil momento sólo contaba con dos salidas: la muerte o la fuga. Tampoco le parecía lo más acertado esperar su detención. Por tanto, se presentó al gobernador civil para hacerse cargo de las acusaciones que sobre él pesaban. Gesto que da la medida de su intrepidez y responsabilidad.
El gobernador le despidió con frialdad, pero no cargó sobre él ningún cometido. El general era hombre bueno. Le queríamos y él sabía que la Escuela era incapaz de caer en la falta que se le imputó -afirma contundente nuestro Fundador-. Quien como hemos comprobado siempre respetaba a las personas que lo habían acusado y hasta perseguido.